martes, 25 de marzo de 2008

24 De Julio de 1783

Caracas amaneció.No se veia el Avila ni las lomas del Alto Hatilio.De pronto comenzó a llover torrencialmente.Fuertes goterones de agua repicaban sin cesar sobre los techos rojos.Las aceras estaban desiertas.Las calles empedradas se llenaron de charcos.Las aceras estaban desiertas.Las quebradas circundantes arrastraban las ramas y troncos que obstruían su cauce.


Caracas era entonces muy pequeña.Apenas la habitacion 45.000 personas,pero sus habitaciones se sentían orgullosos de residir en ella.
Los primeros Alcaldes lograron que en 1591 el Rey de España Felipe II la declarase "Muy noble y leal cuidad".Le otorgó además un escudo de armas como símbolos de su poder y majestad.

Todas las casas eran de una sola planta,adornas con dos o tres ventanas con rejas.Las puertas se alargaba a través del zaguán hasta el patio central.En él crecían naranjos,chaguaramos,cayenas y claveles.

Caracas tenía fama de ser muy fresca y limpia.Parecia un parque siempre florecido.Las quebradas Catuche y Anauco, hoy tan sucias, eran ríos cristalinos.

Más allá de la hoyada por el Este del Calvario por el Oeste, los campesinos sembraron caña y trigo.El café crecía en las laderas de las colinas.El Guaire era un río grande.Tan grande que podía navegar por él algunas embarcaciones.

Por entonces no ocurrían sucesos importantes.No había industrias y quienes no eran militares, sacerdotes o funcionaris públicos se dedicaban al trabajo agrícola y ganadero.Venezuela no era todivía Rpública, es decir, no gobernaba un presidente elegido por todos los venezolanos como ahora.Mandaba el Rey de España mediante un Gobernador y Capitán General.El rey de España entonces se llamaba Carlos III y residía en Madrid.

Caracas seguía nublada. Todo el valle permanecía en silencio.
De vez en cuanto tronaba. Solamente en una casa aritocrática del centro,junto a la plaza de San Jacinto, había ambiente de alegría y cuchicheo. Poco despues de medio día se abrió la puerta principal y salió corriendo un mensajero. seguía lloviendo. A pesar del aguacero, el mensajero se iba deteniendo en todos los portones de la calle y a gritos comunicaba a los residentes la gran noticia del día:
"¡A la familia Bolívar-Palacios les ha nacido un niño!".

Horas más tardes escampó. Salió el Sol de Julio. Caracas se vistió de luces y fiesta. La mansión Bolivar se llenó de gente. Toda la ciudad quería felicitar al Coronel Juan Vicente Bolívar y a Doña Concepción Palacios.

El 24 de Julio de 1783 marcaría en el calendario de la historia un comienzo trascendental.

Cuando le bautizaron, una semena después, le pusieron por nombre "SIMON".

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